Detrás de las costumbres y rituales que provocan los centros educativos, como la hora puntual al entrar al colegio, las tareas, las matemáticas, el civismo, etc. Existe una identidad que lo distingue del resto de instituciones y que lo hace único.
Desde su fundación, hace más de 25 años nos interesa cimentar los valores morales del respeto, paciencia, disciplina y perseverancia. Aunque su origen se transmite en cada hogar, les damos continuidad y complemento.
Conocedores de las nuevas corrientes pedagógicas que ayudan el aprendizaje de las nuevas generaciones, existen valores que no pueden cambiar, para nosotros el esfuerzo, la dedicación, disciplina y respeto son permanentes. Porque provocan el verdadero aprendizaje que servirá a lo largo de la vida.
También aportamos el cuidado de higiene personal y puntualidad de cumplir responsabilidades, porque son atributos que no cambian aunque pasen los años. Cada vez que nuestros estudiantes entran al colegio, los apoyamos con revisar su vestuario, higiene, cabello, etc., creyentes que cada uno podrá cumplir con las exigencias de las mejores empresas de Guatemala.
Seguros que el mejor resultado depende de tres elementos: Los padres de familia, nuestro colegio y el protagonista que es el estudiante. Si alguno de estos elementos falla es imposible lograr resultados contundentes.
Sin temor ofrecemos buenos resultados porque todos debemos participar, nuestra filosofía es que un centro educativo está obligado a mejorar a cada estudiante con el apoyo de la comunidad educativa. Ahora ningún colegio puede mejorar a un estudiante sin el interés de aprender.