Las familias de papá y mamá, son iguales a las familias monoparentales, donde está sólo mamá o sólo papá. Ninguna es mejor que las otras, todas son importantes con sus respectivas diferencias funcionales.
En las familias responsables, los padres trabajan duro con el fin de cuidar a los hijos. Al pasar el tiempo y todo se convierte en rutina, se puede descuidar la comunicación entre padres e hijos, provocando que mutuamente desconozcan de sus éxitos y fracasos cotidianos.
Cuando sabemos poco de cada integrante de la familia, inicia la “desconexión familiar”. Provoca que cada uno vea sólo sus intereses y no vea los intereses de los demás. La ironía es que todos se aman, pero su conducta se vuelve egoísta, convirtiéndose en víctimas de la situación.
Sin querer los padres se convierten en “mártires”, diciendo: “trabajo duro para que mis hijos estén bien y siento que no lo valoran”. Los hijos se vuelven “víctimas” diciendo: “mi papá o mamá sólo trabajo es y me habla sólo para regañarme”.
Este momento es peligroso porque se pueden tomar decisiones equivocadas, por pensamientos confundidos. La realidad es que todos quieren lo mejor para la familia.
“Aprender juntos a vivir unidos o perecer juntos como necios.”
“TU familia será tan buena, como TU quieres que sea.”
“Cuando piensas sólo en TI, estás siendo egoísta.”
“Nadie hará lo que sólo TU, tienes que hacer.”
“A pesar de todo, Usa TU corazón noble.”
“Las cosas se vuelven pequeñas, cuando TU las enfrentas.”
“Que lo mal de tu pasado, no arruine tu futuro”
“Huir o enfrentar, cada quien decide”